Señores, señoras, por fin podemos rendirnos a la elegancia, un término que muy pocos pueden abanderar. Y muchos menos, pueden abanderar en el deporte (no hay un gran número de deportistas a los que podamos otorgar este calificativo). Y menos aún, en entrenadores de fútbol, porque sólo hay uno que lo sea: Pep Guardiola.
El técnico del Barça (amén de sus logros futbolísticos) ha conseguido imprimir al fútbol una estética alejada de los cánones del chándal, los mismos trajes de siempre, las camisas sudadas y el abuso del estilo “cani” hortera. Se decanta por trajes de Dior, Prada, Armani, Dsquared2 o de Toni Miró (para quien desfiló en Gaudí).
Le aconsejamos fervientemente imitar su estilo milanés si desea estar a la moda y ser elegante sin estridencias. Las claves son bastante sencillas: trajes estilizados, con pantalón ligeramente apitillado y corbata estrecha, normalmente del mismo color de traje, combinando colores sólidos con rayados. Resulta especialmente interesante su idea de combinar jerseys y rebecas con trajes y levitas. Guardiola además suele darle especial importancia al cinturón y al pañuelo como complementos. Es clásico a la vez que moderno, elegante sin ser rancio, actual y sofisticado, una imagen pulcra e impecable.
No obstante, parte del merecido éxito se debe a su esposa, que fue quien despertó en el entrenador el interés por el mundo de la moda…
No se trata de dinero. Cristianos Ronaldos y Beckhams del mundo, apartaos, esto es un hombre elegante.